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Por qué la sostenibilidad y la eficiencia energética se han convertido en piezas clave para las empresas

En la lista de temas que preocupan a las empresas y que deben formar parte del epicentro de su estrategia de negocio, la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente se han convertido en piezas clave en los últimos años.

Antes, los temas “verdes” eran parte de la estrategia de responsabilidad social corporativa. Ahora, sin embargo, son elementos cruciales que se gestionan desde el mismo núcleo del negocio. La imagen pública de la compañía depende de ello, pero también su rentabilidad, su respeto por las normativas que rigen el mundo de los negocios y hasta su existencia a medio y largo plazo.

Importante para los consumidores

Para los consumidores, el papel que las empresas tienen en la lucha contra el cambio climático, en la popularización del consumo sostenible o en la gestión responsable de los recursos es cada vez más importante. Los estudios han demostrado en los últimos meses que cada vez más compradores toman decisiones de consumo partiendo de esos datos y de la posición que las empresas y las marcas ocupan en relación con ellos.

Entre las tendencias claves para el branding para 2020, por ejemplo, ya se adelantaba el peso de la sostenibilidad. Esta ya no podía ser ni un elemento ideal o aspiracional ni un añadido que se sumaba a ciertos productos para hacerlos especiales. Se iba a convertir en un requisito básico, en un elemento crucial a la hora de hacer negocio.

Tanto las estrategias de marketing como las de producto están cada vez más marcadas por el tema medioambiental. Y, al fin y al cabo, comportamientos responsables como por ejemplo la economía circular, se han adueñado de las decisiones de compra.

La sostenibilidad, clave en eficiencia de negocio

Además, las compañías ya no pueden prometer cosas. Deben hacerlas. Los consumidores quieren pruebas tangibles y sellos incuestionables que garanticen que las empresas están siendo de verdad eficientes en términos medioambientales y sostenibles.

Por existir ya existen hasta rankings, como el Índice de Sostenibilidad Dow Jones (DJSI), que se centra en ordenar a las organizaciones por su responsabilidad ambiental. Partiendo de los datos en áreas sociales, ambientales y de gobernanza, determinan una media que sirve para señalar cuáles son las empresas más sostenibles del mundo. De las empresas españolas, solo 15 lograron entrar en la clasificación en su última edición.

Una estrategia sostenible también prepara a las compañías para ser más resistentes en términos de negocio y para respetar las normativas que las diferentes administraciones públicas cada vez imponen más en estos terrenos. Por ejemplo, este año será el de las auditorías energéticas, que ayudan a las empresas a reducir el gasto en energía y a eliminar el despilfarro de recursos pero que también les permite cumplir con las leyes de sostenibilidad.

Las compañías sostenibles lo son también en términos de gestión de personal y en su relación con el espacio en el que desarrollan su actividad.

Cumplir con los ODS

La mejor guía para seguir por las empresas para ser eficientes y sostenibles son los objetivos ODS, los objetivos de desarrollo sostenible propuestos por la ONU. Los 17 objetivos funcionan de forma transversal, no quedándose solo en la sostenibilidad medioambiental y en la acción por el clima sino también abordando las relaciones sociales, los derechos de los trabajadores, la igualdad de género o la reducción de las desigualdades.

Cumplir con estos objetivos implica replantearse la estrategia e incorporar nuevos valores. También supone trabajar con partners que comprendan esta realidad y que ayuden a trabajar en esa nueva dirección. Es lo que hace Balantia, partner en la eficiencia energética y aliado de la sostenibilidad.

Balantia, como empresa de servicios energéticos, ayuda a sus clientes a planificar de modo sostenible su consumo de energía y a implementar una estrategia más eficiente a corto, medio y largo plazo. Con ello, las compañías logran posicionarse contra el cambio climático, pero también consiguen reducir gasto y mejorar la rentabilidad.

El Gobierno dará casi 700 millones en ayudas a la rehabilitación energética, nuevas renovables y movilidad sostenible

El Ministerio para la Transición Ecológica sacará próximamente una convocatoria de ayudas, dotada con 300 millones de euros, destinada a la rehabilitación energética de edificios, ha informado este martes este departamento del Gobierno.

En un comunicado, ha explicado que la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, informó de esa cuestión en la Conferencia Sectorial de Energía con las comunidades autónomas celebrada este lunes.

Las ayudas están cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y el objeto de la convocatoria será la mejora integral de edificios completos, manzanas o actuaciones integrales en barrios mediante la mejora de la eficiencia energética de la envolvente térmica (aislamiento), de las instalaciones térmicas (calderas, instalaciones de solar térmica) o de la iluminación.

La gestión de los fondos corresponderá a las comunidades autónomas y ciudades autónomas de Ceuta y Melilla en coordinación con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Como criterio de reparto, se plantea usar como referencia el último censo disponible del Instituto Nacional de Estadística (INE) de primeras viviendas en cada territorio.

Tras su paso por la Conferencia Sectorial, se iniciará la tramitación de la norma, que será aprobada finalmente por el Consejo de Ministros mediante real decreto.

Una vez publicado, las comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla dispondrán de tres meses para efectuar las correspondientes convocatorias, que podrán estar abiertas hasta el 31 de diciembre de 2020.

Plan MOVES de 65 millones

También se ha tratado el IIº Programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible (MOVES II), con una asignación de 65 millones de euros, un 40% más que en su primera edición convocada el año pasado.

Al igual que en la primera convocatoria, las ayudas se destinarán a la adquisición de vehículos de energías alternativas, instalación de infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos, implantación de sistemas de préstamos de bicicletas eléctricas y puesta en marcha de medidas de planes de transporte al trabajo en empresas. También sigue vigente el criterio de reparto empleado en la anterior edición, basado en el censo de población de cada territorio.

Pueden optar a las ayudas de MOVES II profesionales autónomos, personas físicas y jurídicas, comunidades de propietarios y el sector público. Su gestión, como en la anterior edición, corresponderá a las Comunidades Autónomas en coordinación con el IDAE.

En la Conferencia Sectorial también se han abordado las futuras convocatorias para energías renovables térmicas y eléctricas cofinanciadas con fondos FEDER y que el IDAE diseñará junto con los territorios para ajustarlas a las necesidades de cada zona. El Instituto, dependiente de MITECO, tiene previsto movilizar más de 300 millones para esta línea de ayudas, que se convocarán apostando por proyectos singulares e impulso de innovación que marca el Plan Nacional  Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030.

De igual modo, se han analizado las próximas líneas de ayuda para actuaciones de eficiencia energética dirigidas a pequeñas y medianas empresas (PYME) y la gran empresa del sector industrial. También se ha anunciado una nueva convocatoria del programa MOVES Singulares, destinado a apoyar iniciativas innovadoras para la gestión integrada de la movilidad en el ámbito urbano y metropolitano, y a poner en marcha desarrollos experimentales relacionados con los vehículos eléctricos.  En la reunión con las Autonomías, se ha dado cuenta de los resultados preliminares de la primera edición, que ha recibido un total de 130 solicitudes que superan en cuatro veces el presupuesto asignado en esta convocatoria, 15 millones de euros. Dado el éxito de esta primera edición, se hará una segunda este año.

Fuente: https://elperiodicodelaenergia.com/

2020, el año de la auditoría energética para las grandes empresas

Con la entrada de un nuevo año, las empresas se lanzan a hacer proyectos, a marcarse objetivos y a cumplir con nuevas obligaciones y estándares. En 2020, el año que acabamos de arrancar, las compañías tendrán que asumir muchos cambios, marcados por la agenda política y económica, pero también que cumplir con ciertos objetivos, establecidos por las diferentes legislaciones.

En este terreno, los objetivos 2020, que han funcionado como hoja de ruta durante las dos décadas que llevamos del siglo, han ido perfilando un escenario en el que las compañías deben realizar una transformación digital y también ser mucho más responsables con su impacto en el entorno. Las organizaciones de todo tamaño y de todos los sectores necesitan ser mucho más cuidadosas que hasta ahora en la huella medioambiental de su actividad. La normativa abarca muchos terrenos, entre ellos el del consumo energético.

En esa área concreta, las empresas están obligadas a gestionar de un modo eficiente su consumo energético. El Real Decreto 56/2016 obliga a realizar auditorías energéticas en las grandes empresas, que midan su consumo energético y que les ayuden a encontrar pautas para ser más eficientes.

Quién debe hacerlo

Toda empresa con una plantilla que supere los 250 trabajadores o con una facturación de más de 50 millones de euros está obligada por la ley a realizar una auditoría energética que estudie, como mínimo, el 85% de su consumo en el total de sus instalaciones de trabajo.  En 2016, el gobierno estimaba que alrededor de unas 3.800 empresas en toda España estarían obligadas a cumplir con esta ley.

Cuando se aprobó el Real Decreto, las empresas se encontraron con un plazo de 9 meses para hacer su primer proceso de auditado. Sin embargo, la norma deja claro que esos análisis deben ser repetidos, como mínimo, cada cuatro años. Eso supone que este año, cuando se cumplen los primeros cuatro años de la puesta en marcha de la normativa, las empresas están obligadas a repetir el proceso.

Multas para quienes no cumplan

No cumplir con la norma expone a las empresas ya no solo a un problema de gestión de la energía y a una hipotética crisis de reputación ante sus consumidores por no ser respetuosos con el entorno, sino que además tiene consecuencias graves en términos económicos. Las empresas se exponen a multas de hasta 60.000 euros por no cumplir con las obligaciones de la normativa.

Balantia, el partner adecuado para cumplir con las obligaciones del Real Decreto 56/2016

En 2016, las empresas, como demostró un estudio de la Asociación de Empresas de Eficiencia Energética, dejaron para el último momento el proceso de auditoría. Cuando se había consumido ya la mitad del plazo disponible para realizar el proceso, casi la mitad de las empresas españolas obligadas por la norma no había iniciado todavía la contratación de una auditoría. En 2020, las compañías no se pueden permitir cometer el mismo error y necesitan ser mucho más eficientes con los procesos de cumplimiento con la ley.

Deben, por tanto, buscar a un partner adecuado que se encargue de realizar el proceso de auditoría y que les garantice que están cumpliendo con todo aquello que la normativa exige. Es lo que hacemos en Balantia. La auditoria energética es uno de nuestros servicios. La metodología de trabajo de Balantia sigue los criterios de la norma UNE EN 16247 y es el fruto de años de experiencia en el sector.

Así, y siguiendo los criterios necesarios para cumplir con las obligaciones del Real Decreto, nos encargamos de analizar todas las instalaciones y los consumos energéticos y de establecer medidas de ahorro para ser más eficientes en el gasto de energía. Para aquellas empresas que ya realizaron la auditoría en 2016, se hace un proceso de control y revisión de lo puesto en marcha. El trabajo no se limita simplemente a cumplir con la ley, sino que va un paso más allá. Se maximiza la intervención para que el retorno para la empresa sea mayor.

De este modo, no solo se cumplen las obligaciones legales, sino que además se mejora la eficiencia y se establecen las pautas para crear una buena base de buenas prácticas en gestión de la energía. Así, la compañía se vuelve más respetuosa con el entorno y, algo muy importante de las cuentas de resultados de la empresa, se consigue un ahorro por la reducción del gasto energético.

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