Ante el inminente cambio climático las organizaciones más relevantes del mundo se han puesto de acuerdo para ayudar al planeta, mediante acuerdos y objetivos, los países e individuos trabajan de la mano para minimizar el daño medioambiental.
Para el año 2030, la Unión Europea tiene como objetivo reducir en un 40% las emisiones en comparación al año 1990 y como objetivo a largo plazo, se espera disminuir las emisiones en un 80-95% para el año 2050.
Uno de los retos de la Fundación La Casa que Ahorra ha sido promover la elaboración del Pasaporte Energético, un documento que busca impulsar el mercado de la rehabilitación en España.
Albert Grau, gerente de La Casa que Ahorra, y Carlos Guasch, director de Dudia Lab se encargaron de hacer una adaptación ilustrada del informe “El Reto de la Rehabilitación: el Pasaporte Energético y otras propuestas para dinamizar el sector” con el fin de sintetizar las ideas principales del pasaporte creado por la fundación en colaboración con Garrigues y G-advisory.
“Rehabilitar ya no es una opción, es una obligación, tenemos que cumplir con los objetivos de la UE y además tenemos que pensar en que los edificios mejoren la calidad de vida de sus ocupantes y ofrezcan, a su vez, las condiciones de salud y confort que se espera de ellos, una de las principales preocupaciones de la Fundación”, señala Albert Grau, quién nos responde de primera mano a las siguientes cuestiones:
¿Por qué es necesaria una iniciativa como el pasaporte energético?
R/. Estamos en un contexto en que la rehabilitación de edificios no tiene ni el volumen ni la profundidad de actuación necesarias para que nos lleven a que el parque edificatorio en 2050 esté descarbonizado. Si asumimos que, en el 2050, más del 50% de los edificios ya son existentes, se debe pensar en que rehabilitar no es una opción, pasa a ser una obligación y que ineludiblemente implica al Estado como dinamizador de acciones y responsable solidario.
¿Cuáles son los próximos pasos una vez lanzado en pasaporte?
R/. Nuestra propuesta es un marco basado en una medida innovadora, que compromete a usuario y a la Administración. En un objetivo común, y que se acompaña de otros para darle mayor facilidad de implantación. No es una propuesta cerrada, y obviamente necesita de un consenso -y no sólo político- para que se incluyan aquellas actuaciones que convertirán nuestras viviendas actuales en hogares más saludables y confortables, a la vez que comprometidos con el medioambiente. Una vez alcanzado el consenso, se debe convertir en una medida política por la que se apueste con firmeza. No será inmediato, pero tiene la ventaja de que no es una medida partidista.
¿Favorece la administración la colaboración público privada ante este tipo de propuestas que son una realidad?
R/. En la actualidad se están generando los entornos para que ello sea así. Las empresas de servicios energéticos pueden ser un canal muy adecuado para llevar medidas como ésta a buen fin, ya que además ofrecen un valor añadido en su compromiso de resultados. En cualquier caso, la colaboración público-privada siempre es necesaria, y por ello el marco debe ser favorable. Fiarlo todo a una política basada estrictamente en subvenciones, se ha demostrado que es estacional y no acaba de movilizar el mercado.
¿A qué sectores puede beneficiar directa e indirectamente el Pasaporte?
R/. Es una medida con un impacto tan transversal, que impacta tanto en la industria de la manufactura como en los profesionales del sector y la mano de obra, la cuál, deberemos conseguir que sea especializada pues las soluciones tecnológicas lo requieren. Esta capacitación, junto la I+D+i asociadas, desembocarán en un claro aumento del PIB, puestos de trabajo, mejora del balance fiscal neto, mejora de la balanza comercial por reducción de la dependencia energética, etc… no le hemos encontrado un impacto negativo.
¿A qué distancia estamos actualmente de cumplir los objetivos marcados por la UE?
R/. Las cifras en España son poco claras en lo referente a emisiones, pues el sector de la edificación queda dentro de lo que se conoce como “sector difuso” y no se tienen cifras concretas. De todos modos, según un estudio elaborado por CENER para nuestra Fundación, si no llegamos a partir del 2021 a rehabilitar 350.000 viviendas al año, y con un cambio del mix energético de que apueste por renovables, no llegaremos las últimas cifras acordadas por Europa.
¿Cuándo hablamos de eficiencia energética en la edificación, estamos hablando también de economía circular? ¿Por qué?
R/. Este tema da mucho de sí, pero voy a intentar resumirlo en una frase “renovación y regeneración urbana evitando un crecimiento urbano desordenado y descontrolado”. Esto tiene que ver claramente con que el suelo es un recurso finito y nuestras ciudades no pueden crecer infinitamente, por lo que hay que poner el énfasis en que las necesidades de vivienda con los nuevos modelos de familia sean cubiertas mediante la rehabilitación de aquellos barrios que a día de hoy no ofrecen las mejores prestaciones en salud y confort. Aun así, habrá demanda de edificios nuevos, y no tiene sentido que los edificios consigan su eficiencia energética en base a consumir recursos naturales y finitos. Es por ello que cada vez más, el análisis del ciclo de vida es una herramienta más a tener en cuenta, y por ello el auge de “certificaciones verdes” que equilibran la eficiencia energética con el uso de materiales medioambientalmente sostenibles.
Desde Dudia Lab estamos convencidos de la importancia del Pasaporte Energético y apostamos firmemente por ello y por la tan necesitada rehabilitación energética de nuestros edificios.
Agradecemos a Albert, gran profesional del sector y mejor persona, la oportunidad y la confianza, que nos ha brindado para poder trabajar conjuntamente una iniciativa pionera y tan necesaria para España.