Monthly Archives: julio 2018

LAS SUELAS DE ESTOS ZAPATOS ESTÁN HECHAS CON CHICLES RECICLADOS

  • By Dudia Lab
  • Published julio 31, 2018
  • Tagged

Uno de esos terrores infantiles que es más que probable que todos hayamos tenido en su momento era el de qué iba a ocurrir cuando por error o por accidente nos tragábamos un chicle. ¡Un chicle no es realmente comestible!, nos decíamos, ya que bien sabíamos que cuando acabáramos de consumirlo teníamos que tirarlo.

Nuestro terror solía llevar después a que alguien nos contase alguna leyenda urbana que daba miedo sobre qué les ocurría a los niños incautos que se comían sus chicles en vez de tirarlos, temores que ahora en la edad adulta recordamos como una prueba más de nuestra inocencia.

Porque, cierto es, a nadie le pasa ninguna de esas cosas que nos contaban de pequeños cuando nos tragábamos los chicles. Pero, a pesar de ello, los chicles no son exactamente un elemento inocuo, como bien saben todos los trabajadores de limpieza urbanos que se tienen que enfrentar a ellos en las aceras de tantas localidades.

Los chicles, cuya composición es un 80% plástico, necesitan una media de cinco años para degradarse. Antes de desaparecer, se quedarán duros y solidificados. Es lo que les ha pasado a esos chicles que se quedan adheridos a los suelos y que parecen una especie de mancha permanente ante la que la limpieza parece imposible.

Cuesta 7 veces más limpiar el chicle que comprar uno

Limpiar los chicles del suelo es costoso y no solo en términos de esfuerzo. Una estimación del Ayuntamiento de Logroño señalaba que el coste de limpiar un chicle era 7 veces superior al que costaba comprar el chicle original. Solo en esa ciudad, cada año se limpia el equivalente a un campo de fútbol en superficie de chicles pegados al suelo. Lo peor – al menos para los servicios de limpieza – es que los ciudadanos no suelen respetar las zonas limpias de chicles. Seis meses después – siguiendo con los datos de la estimación logroñesa – las zonas limpias de chicles vuelven a estar en el mismo estado que estaban previas a la limpieza.

Los chicles son por tanto un serio problema para las ciudades y uno que además tiene un impacto que va más allá de la estética y llega a la salud (los chicles en las calles acumulan gérmenes) y hasta al despilfarro de recursos (para limpiarlos hay que echar mano del vapor).

Pero puede haber una solución, más allá de las brigadas de limpieza y de las multas al comportamiento poco cívico, para la plaga de este residuo. Los chicles pueden, gracias al reciclaje, tener una nueva vida.

Reciclando chicles

De hecho, ya existe al menos una compañía que está aprovechando los chicles desechados para hacer nuevas cosas. Gumdrop, un proyecto de una diseñadora británica, Anna Bullus, usa los chicles recuperados de los suelos de las calles para convertirlos en suelas de zapatos, entre otras cosas. Bullus se pasó más o menos una década trabajando en la idea, tras darse cuenta de que – entre las muchas cosas que se reciclan – nadie mencionaba a los chicles. “No podía encontrar nada en absoluto sobre los chicles”, señalaba la diseñadora.

Dado que los chicles están hechos con plástico, en su composición se pueden encontrar elementos que pueden ser empleados para construir muchas otras cosas. La diseñadora descubrió, de hecho, que uno de sus polímeros que aparecen en la composición de esta chuchería es el mismo que se puede encontrar en las ruedas de las bicicletas.

Recogida y reciclaje de chicles

Para lograr materia prima, ha repartido por Londres unas papeleras redondas (hechas también hechas con chicle reciclado). Las papeleras han llegado también a la Universidad de Winchester, al aeropuerto de Heathrow o a las estaciones de Great Western Railway. Quienes las han implementado reconocen que no han terminado del todo con los chicles tirados de cualquier manera, pero sí que han reducido su impacto.

Los zapatos con suela de chicle son, al parecer, el producto más popular de los que fabrican con este material reciclado, pero no el único que lanzan. La diseñadora también lanzó una marca de botas de agua para niños hechas con chicle reciclado y que son a su vez 100% reciclables (cuando ya no sirven, invitan a que las devuelvan al fabricante para reciclarlas de nuevo).

No es el único producto que hace. También – por ejemplo – fabrica tazas para llevar café (que están hechas con al menos 42 chicles) o tuppers para la comida.

Los chicles se convierten, así, en cosas y tienen una nueva vida.

¿ES EL NUEVO TELÓN DE ACERO EL QUE SEPARA EL AIRE DE CALIDAD DE EUROPA DEL QUE NO LO ES?

  • By Dudia Lab
  • Published julio 26, 2018
  • Tagged

Durante décadas, Europa estuvo dividida en dos por lo que se conocía como el telón de acero y que no era más que unas fronteras difícilmente penetrables entre la Europa del Oeste y la Europa del Este. Lo que separaba a una Europa de la otra eran cuestiones políticas y ese era el cariz que el término ‘telón de acero’ tenía.

Ahora, décadas después de que esas separaciones políticas terminasen y las fronteras dejasen de ser infranqueables, el telón de acero sigue existiendo, aunque de un modo distinto. Es el que separa a la Europa con un aire respirable de la que no lo tiene.

Eso es lo que acaban de demostrar estudios, gráficos y mapas basados en mediciones de calidad del aire. Si se vive en la Europa del Este o en la zona de los Balcanes, espacios que quedaban a uno de los lados del telón de acero, lo más probable es que se esté respirando un aire más tóxico del que se respira si se viven la Europa Occidental, el otro lado del antiguo telón.

La zona del este está dominada en el mapa establecido por las mediciones del European Air Quality Index por puntos granates, rojos y amarillos, que representan respectivamente al aire de muy pobre, pobre o moderada calidad. Mientras, en el otro lado, los puntos dominantes son verdes y celestes, que implican una adecuada o buena calidad del aire.

Algo similar ocurre en las mediciones de calidad del aire de Berkeley Earth. En la Europa Occidental domina el color verde, que marca la buena calidad del aire, con islotes amarillos (en Galicia, el Benelux o la región de Londres) que marca la calidad moderada. En la Europa del Este, lo dominante es el amarillo, con calidad moderada, con islotes con aire de peor calidad (y un par de islotes verdes).

Esos datos se cruzan con estimaciones de muertes derivadas de la mala calidad del aire. La mayor cantidad de fallecimientos por esta razón se concentran en la Europa del Este y en los Balcanes, frente al total de toda Europa. Polonia cuenta con 33 de las 50 ciudades más contaminadas de Europa.

Por ello, la calidad del aire y la calidad de vida derivada varía según en qué zona de Europa se viva. La causa de esta separación entre lo que ocurre en una zona y lo que ocurre en otra está, según los expertos, en las fuentes de energía que se emplean con fines energéticos.

Mientras que en Europa Occidental, el uso del carbón ha ido perdiendo relevancia en los últimos tiempos y se ha ido cambiando por fuentes limpias alternativas de energía, en Europa del Este sigue siendo empleado de forma bastante amplia, especialmente en invierno cuando se usa en sistemas de calefacción.

Los sistemas de calefacción aún emplean de forma habitual métodos de quemado de madera o carbón, lo que implica que se genera mucho más humo y se lanzan más emisiones a la atmósfera. De hecho, la importancia que esto tiene en los datos de calidad del aire se puede ver perfectamente si se compara lo que ocurre en verano y lo que ocurre en invierno.

El mapa amarillo de Europa del Este con puntos rojos del invierno pasa a ser en verano simplemente amarillo. La calidad del aire se recupera levemente cuando ya no hay que usar sistemas de calefacción. Curiosamente, los mapas del verano muestran como zonas verdes de la Europa Occidental pasan a ser amarillas en verano, posiblemente porque se crean nubes de polución por culpa de los coches.

LA NUEVA VIDA DE LOS ANTIGUOS CONTENEDORES MARÍTIMOS

  • By Dudia Lab
  • Published julio 26, 2018
  • Tagged

Una biblioteca con 6.000 libros de fondo, un parque infantil, una cadena de hoteles en Indonesia que promete localizaciones lo más céntricas posible, un centro de deportes acuáticos en Sevilla… Parecen espacios completamente alejados entre sí y sin embargo tienen todos ellos algo muy importante en común, el cómo están hechos. Todos y cada uno de estos espacios ha sido construido echando mano de antiguos contenedores marítimos, que tras años de uso habían sido desechados.

La idea es cada vez más popular y se puede ver en cada vez más lugares y más tipos de espacios. De hecho, no hay más que echar un vistazo en la red para descubrir cómo encontrar a vendedores especializados y a constructores con los conocimientos específicos para convertir un contenedor marítimo en prácticamente cualquier cosa es cada vez más sencillo. Solo hay que echarle imaginación y espíritu creativo para encontrar una idea innovadora que permita convertir un antiguo contenedor de barco en cualquier otra cosa.

Si hace unos años se empleaban sobre todo para crear espacios de almacenaje y para usos llamativos en negocios, ahora la lista de lo que se puede hacer con ellos abarca muchas más cosas. Los contenedores son la materia prima para construir casas o espacios de oficinas y esos son solo dos de los ejemplos más básicos. Pueden ser reinventados como piscinas, convertidos en tiendas pop-up o usados para prácticamente todo aquello que se nos ocurra.

Por qué construir con contenedores

Los contenedores marítimos son una de las piezas clave del transporte marítimo. Las mercancías que transportan los barcos van guardadas en ellos, por lo que tienen que ser resistentes y duraderos. Además, su forma sigue un patrón estándar, una decisión que se tomó para hacer más fácil su apilado y distribución en los barcos y puertos pero que tiene ahora sus beneficios a la hora de emplearlos para otros usos.

De hecho, esta es una de las grandes ventajas que aportan a la hora de usarlos en la construcción. Es muy fácil convertirlos en módulos de construcción, jugar con ellos en términos de diseño o apilarlos. Además, el hecho de hayan sido diseñados para resistir a las duras condiciones del transporte marítimo hace que sean robustos y duraderos y que ofrezcan buenos resultados en términos de resistencia al clima.

Están obviamente preparados para resistir a la humedad, la lluvia o el viento. Su tamaño también es una de las bazas a su favor, ya que cada uno de ellos ronda los 30 metros cuadrados. No hay más que aventurarse a leer anuncios de alquileres en cualquier ciudad para ver que no es difícil encontrar estudios que están por debajo de ese espacio construidos de forma tradicional.

Aunque posiblemente una de las razones que han hecho que en los últimos años hayan logrado despertar tanto interés y hayan empezado a ser tenidos mucho más en cuenta a la hora de emplearlos en más y más diversas construcciones es su precio.

En muchos casos, los contenedores marítimos que se comercializan para otros usos llegan de un excedente. Para los gigantes del transporte marítimo, puede resultar más caro repatriar los contenedores de vuelta a Asia para volver a traerlos hacia Europa o América cargados de productos que simplemente comprar uno nuevo en el puerto de origen. Esto hace que se dejen en destino muchos contenedores, lo que crea un parque amplio de los mismos con los que se puede contar para nuevos usos y a precios bajos.

Pero lo cierto es que no se trata solo del precio del propio container. Los contenedores no solo son baratos, sino que además permiten eliminar de las previsiones de coste muchos materiales. Además, el reciclar los contenedores tiene un cariz eco-friendly, ya que ayuda a dar salida a algo que si no se hubiese convertido en un deshecho y se integra además en la corriente de dar recuperar materiales y espacios.

Los problemas de construir con contenedores

Los beneficios de la construcción con contenedores marítimos son numerosos, pero quienes se lancen a por ello deben tener en cuenta también otros elementos. Aunque el impacto medioambiental del proceso de construcción es posiblemente menor (ya que lo que necesita el contenedor para ser reconvertido en otra cosa es simplemente un par de toques y no todo el proceso completo que puede requerir una construcción que arranca de cero), sigue siendo necesario trabajar sobre el contenedor para adaptarlo a sus nuevos usos.

Igualmente, a lo largo del tiempo de uso será necesario hacer trabajos de mantenimiento que aseguren que los contenedores siguen estando en las mejores condiciones posibles y siguen siendo habitables.

Y, por otro lado, hay que tener en cuenta que no todos los contenedores pueden ser aprovechados o que para hacerlo con algunos hay que hacer un complejo trabajo de limpieza previo. Los contenedores marítimos transportan todo tipo de cosas, incluso aquellas que no son buenas ni para la salud ni para la naturaleza.

¿PLÁSTICO FABRICADO CON PLANTAS?: ESO ES LO QUE HA LOGRADO LEGO

  • By Dudia Lab
  • Published julio 24, 2018
  • Tagged

Uno de los materiales recurrentes con los que se fabrican los juguetes es el plástico. Muchas son las razones que explican la presencia recurrente de este material en la industria juguetera. Por un lado, es un material barato, lo que permite lanzar juguetes de forma variada y masiva y que sus precios no sean muy elevados. Por otro lado, es un material resistente, lo que lleva a que se pueda jugar con esos productos sin miedo a que rompan. Los juguetes resisten muchas cosas. Y, finalmente, el plástico es un material que, de entrada, parece más fácil de mantener limpio.

Pero, a pesar de esta lista de beneficios, el plástico tiene también su lado negativo y es uno de los materiales que entran en la lista de grandes contaminantes, no solo por los residuos que generan sino también por cómo se produce el plástico.

Por ello, y como está ocurriendo en otras muchas industrias, la de los juguetes está intentando reducir el uso del plástico y buscar materiales que permitan ofrecer las mismas calidades y la misma resistencia, pero de un modo sostenible. El mundo de los juguetes está buscando la alternativa verde al plástico. Y, quizás, Lego la haya encontrado.

El gigante de los juguetes danés ha empezado a producir piezas para sus juguetes usando un plástico que no es exactamente uno tradicional. La materia prima con la que se fabrica este plástico es natural: usan caña de azúcar. De este modo, los árboles, las hojas y los arbustos de sus juegos empezarán a ser, ya desde este mismo año, hechos directamente con plantas.

La compañía emplea un polietileno que se hace usando etanol que genera la caña de azúcar. La fabricación del producto sigue los estándares verdes, lo que le permite cumplir con los estándares de la Bioplastic Feedstock Alliance (BFA) y estar certificados por terceros como respetuosos con el medioambiente.

A simple vista, entre este plástico y el plástico ‘tradicional’ no se aprecian diferencias. Como explicaban desde la compañía tras el lanzamiento, ni los padres ni los niños serán capaces de diferenciar a unos juguetes de otros. En realidad, sin embargo, ambos plásticos son completamente distintos: uno es mucho más respetuoso con la naturaleza que el otro.

Objetivos verdes

Por ahora, solo entre el 1 y el 2% de los elementos de los juegos de Lego serán hechos con este plástico hecho a partir de plantas, pero las previsiones de la empresa son muy optimistas. La compañía se ha propuesto usar materiales sostenibles en los productos clave de su catálogo y el packaging de Lego en 2030.

De hecho, este lanzamiento es el fruto de un movimiento que pusieron en marcha en 2015, cuando anunciaron que iban a contratar a 100 empleados y a invertir 1.000 millones de coronas danesas (unos 134 millones de euros al cambio actual) para encontrar materiales alternativos y más sostenibles con los que fabricar sus juguetes y su packaging. El año pasado, ya lograron cumplir con un objetivo verde, logrando que el 100% de la energía que emplean en sus fábricas, oficinas y tiendas sea renovable.

Además, su trabajo en términos de sostenibilidad no se limita a lo que hacen con sus juguetes y con su producción, sino que también quieren ayudar a concienciar a los niños de la importancia de respetar el medioambiente. Cuando llegaron al 100% de energía renovable, por ejemplo, lo celebraron construyendo una turbina eólica con bloques de piezas Lego.

Smart Tourist

Cómo se comporta un viajero responsable.

Para nosotros estas son las cualidades que tiene un turista inteligente, un turista sostenible que respeta y cuida el lugar de destino, del que seguro vuelve siendo una persona más rica de lo que era antes de iniciar su viaje…

Descargar documento

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies